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lunes, 31 de octubre de 2016

Milán

Otra vez estamos en territorio Italiano, la verdad que este verano me ha dado tiempo a conocer muchas cosas nuevas, ¡¡¡ ha sido genial!!!
 
Cuando fuimos era pleno julio y el calor era inhumano, nos hizo al rededor de 40 grados y con el cielo despejado, lo pasamos un poco mal por esa situación pero aún así nos gusto la ciudad.  

 
En mi opinión es una ciudad que se puede visitar en un sólo día porque da tiempo para  ver y entrar en los lugares principales. 
Llegamos hasta el destino como en las anteriores ocasiones en tren, concretamente a la Estación Central
Este itinerario empieza con una espectacular primera parada. La estación tiene un estilo moderno de principios del siglo pasado, fue inaugurada en 1931 sustituyendo la antigua por necesitar más espacio y así poder soportar el volumen de transito que tenía y sigue teniendo. Hay dos momentos increíbles en la estación, uno cuando eres consciente del movimiento que hay con sus 24 plataformas; la otra es según avanzas hacia la salida y te fijas en el edificio, concretamente en sus bóvedas, cúpulas de acero y cristal, pinturas... Doy por hecho que las personas que viajen con frecuencia ya estarán inmunizados y ni se paren a mirar, todo lo contrario a lo que hice yo.


Al salir lo primero que te llama la atención, a mi me pasó, fue una manzana gigante a la que tuve que hacerle una foto ya que me parecía algo fuero de lo habitual. Hagas la foto o no, para dirigirse al centro hay que seguir de frente por la Via Vittor Pisani. Es una avenida grande dónde veréis cafeterías, locales... nada fuera de lo normal en una ciudad de estas dimensiones.

Nosotros decidimos ir andando para disfrutar de la ciudad ya que fuimos con tiempo de sobra para hacerlo. Si vosotros no tenéis o no queréis hacerlo andando podréis ir en metro, la linea amarilla desde la parada de al misma estación “Centrale” hasta “Duomo”.

Por el camino y ya muy cerca del Duomo nos encontramos con el Palacio Marino. Es hoy en día la sede civil de la administración de allí,construido en el siglo XVI. En su momento se hizo para el uso privado de la familia Marino. 
Actualidad en la plaza que esta en frente de este edificio, nos encontramos con al escultura de Leonardo Da Vinci, donde encontrareis una fuente pública con agua potable, que si os hace un día como el nuestro lo agradeceréis, y unos bancos que más tarde nos vinieron de perlas para comernos el bocadillo.

En este punto estamos ya a un paso de Galería Vittorio Emanuele II, uno de los principales iconos de Milán. Nosotros entramos por la puerta dónde se encuentra el Museo de Leonardo, aunque no lo visitamos. 

La Galería se diseñó en el siglo XIX. Se tardó 7 años en construir haciéndola con bóvedas de vidrio y hierro. Hay dos cosas que podemos destacar en las galerías. Por una parte está en la bóveda central por su mosaico en el cual se representa el continente de Asia, África, Europa y América; La otra, el Torino ya que dice la tradición que para volver a la ciudad y tener buena suerte, se debe girar con los ojos cerrados sobre los genitales del toro. Nosotros vimos a personas que lo hacían.
 
Está situada entre la Catedral y el Teatro alla Scala, en ella  nos encontramos con un conjunto de tiendas de las marcas más famosas de la moda como Prada, Gucci..., locales de menor reconocimiento mundial y restaurantes. 
La verdad es que yo no me paré a mirar precios ni de la ropa ni de los platos, no quise llevarme un susto sin razón ;). Lo que más me llamo la atención entre tanto glamour fue encontrarme allí un Mc Donald's... Aunque ya se sabe que esta cadena está en todas partes y Milán no a ser menos ¿No?.

Con muy pocos pasos vamos a dar con el Duomo. Su construcción se comenzó en el siglo XIV en el mismo lugar dónde en 1075 perdieron por un incendio la iglesia de San Ambrosio ( que era del siglo V) y la Basílica de Santa Tecla ( que en el 836 se incluyó a la anterior). En total se tardó cinco siglos en construirlo mezclando el estilo gótico internacional con la tradición lombarda típica del norte de Italia.
Sobre el exterior destaca el mármol blanco rosado y la parte superior dónde apreciamos las columnas con sus pináculos y torres con estatuas. 


Si queréis visitar el interior no os olvidéis de que no se puede llevar los hombros al aire ni la falda o pantalones muy cortos, si vestís así no os dejarán entrar y tendréis que compraros algo para taparos. En el interior veremos un amplio espacio y mármol oscurecido con largas columnas decoradas con estatuas talladas hasta el techo. Para mi lo que más llama la atención por su realismo, es la estatua de Batolomé el Apóstol representado con la piel arrancada por el martirio que sufrió, me dejó sin palabras.

A la hora de elegir lo que queremos visitar nos encontramos con una gran variedad de tipos entradas con mayor o menos le precio. 

Os dejo la foto que hice a las opciones que tienen con los precios, así podréis decidirlo antes de ir. 

Volviendo al Duomo y su visita, su terraza es casi la totalidad de la superficie del tejado. Es increíble las vistas que ofrece, poder ver de cerca las columnas con sus pináculos y torres con estatuas que anteriormente comentaba y pasear a esa altura sabiendo que hay bajo tus pies.
 
Nosotros al elegir la entrada de 11 euros nos entraba también el área Arqueológica que se encuentra debajo de Duomo, allí podemos visitar los restos del Baptisterio de San Juan y de la antigua Basílica de Santa Tecla, ya mencionadas anteriormente.

Por último nos incluía el Museo del Duomo. Se encuentra en la misma plaza y en su interior exponen diferentes elementos de decoración que pertenecen al patrimonio histórico y artístico del Duomo.

Posteriormente, pasando primero por el centro comercial de la plaza para refrescarnos con el aire acondicionado y comer nuestro bocata en uno de los bancos de piedra que rodean la estatua de Leonardo, nos fuimos paseando hasta el Castillo Sforzasco

Este edificio se construyó inicialmente como fortaleza en el siglo XIV, posteriormente se convirtió en palacio ducal quedando casi destruido durante la República Ambrosiana,  y actualmente reúne los mejores museos de Milán.
Se restauró a principios del siglo XX y la terminaron coincidiendo con la inauguración de la Torre de Filarete y el Parque Sempione.
La Torre de Filarete se encuentra en la entrada principal de la fortaleza, aunque la original ya no es la que podemos ver hoy en día ya que fue destruida en el siglo XVI y la actual es una reconstrucción del siglo pasado que aunque no sea la original, tiene los mismos elementos que la anterior aunque con diferentes proporciones. Nosotros no visitamos ningún museo, atravesamos la fortaleza hasta llegar al parque.

El Parque Sempione se construyó entre 1890 y 1893 siendo de estilo inglés. Es un lugar maravilloso donde tanto los turistas como la gente de allí puede descansar sentado en un banco, beber agua en sus fuentes, hacer deporte o entretenerte viendo como la gente lo hace con un césped muy cuidado y una gran vegetación dada su gran extensión y el broche es el lago que aunque es artificial nos podemos encontrar en él animales como por ejemplo patos.

Paseamos por el parque hasta llegar al otro lado donde se encuentra el Arco de la Paz, nos hicimos la foto de rigor y decidimos dirigirnos con tranquilidad a la estación de tren de nuevo por una camino menos turista y diferente para esperar al tren.

Espero que os sea de utilidad esta entrada, y que si vais disfrutéis lo máximo posible, nos leemos el mes que viene ^^
Si a parte de viajar te gusta cocinar, puedes echar un ojo a las recetas que propongo :)


2 comentarios:

  1. Precioso, según tus fotos. Espero poder conocer milan pero con tu informacion parece que lo conozco... sigue informando de tus viajes pues das muchos detalles de los lugares y viene muy bien

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  2. Muchas gracias por tus palabras, cualquier duda o consulta preguntame ^^

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